viernes, marzo 29, 2024

Crítica de ‘Don Jon’: El gigoló onanista

Las críticas de Miguel Moreno: Don Jon
 
El debut de Joseph Gordon-Levitt en la dirección se llama Don Jon. O lo que es lo mismo, el eterno Don Juan que tiene problemas de índole sexual. Y es que Gordon-Levitt, dejando para sí mismo el rol principal, demuestra talento a la hora de escribir y dirigir, a la par que algunos fallos típicos y perdonables de alguien que dirige su primer film en esto del celuloide. Pero el resultado final, es interesante y arroja luz a la nueva faceta que enseña el actor detrás de las cámaras.

La historia no es nueva, pero sí divertida. Y es que de alguna manera, lo que pudimos ver en la dramática Shame (los que la hayan visionado me comprenderán) tiene puntos en común con la ácida comedia que nos propone el actor. Como si dos caras de la misma moneda fuesen, y evitando la comparación de géneros, pues nada tienen que ver en este sentido, se tocan temas parejos en ambas películas. Jon es el típico galán de barrio, colecciona amantes cada fin de semana, cuida su cuerpo machacándose con las pesas, y purga su alma cada domingo en la iglesia. Tiene una familia de lo más peculiar, en la que los momentos más divertidos los viviremos de la mano de su padre, un auténtico calco de Jon, y disfruta de sexo casi ilimitado en sus conquistas cada fin de semana. Pero tiene un problema, una adicción al sexo «virtual» del que no es consciente en su totalidad. De hecho, hasta el punto de preferirlo a lo real. Y es en este momento donde empezarán los problemas para Jon, de la mano de dos mujeres que cambiarán su forma de vida completamente. Aquí, harán aparición una exhuberante pero venenosa Scarlett Johansson, y una veterana Julianne Moore, que como polos totalmente opuestos, influirán en los devenires del galán hasta cambiarle por completo y abrirle los ojos a otro mundo desconocido para él. Un inesperado y anecdótico cameo de Channing Tatum y Anne Hataway dentro de una ficticia cinta romántica de esas que proliferan como setas completan el reparto.

La cinta tiene un comienzo potente y directo, al igual que el lenguaje explícito que usará Jon durante prácticamente todo el metraje. Las risas están aseguradas en varios momentos, sobre todo con el genial Tony Danza y los momentos que comparte en pantalla cuando Jon visita a sus padres, o presenta a su nueva conquista. La familia de Jon es tan particular como su grupo de amigos, y es que las conversaciones que mantienen cuando están juntos son fácilmente reconocibles si somos hombres. Puntuar a las chicas que se pasean por la discoteca no es un hecho aislado para los que hayan frecuentado esos lares. Definitivamente, hay talento por parte de Gordon-Levitt a la hora de presentar personajes y desarrollar la historia, aunque un destacado bajón en su segunda parte y la falta de explicaciones emborronan el resultado.
 
Los problemas de ritmo no tardan en llegar cuando vemos a Jon en su día a día. Prácticamente asistimos a los mismos rituales durante toda la película, y eso hace que se resienta. Unido esto a un bajón de ritmo bastante importante en su segundo tercio, además de una falta de profundidad en algunos personajes y situaciones (el personaje de Moore necesitaba más desarrollo) terminan de ser los errores de una dirección primeriza. Si bien es cierto que la carga de trabajo (actoral, de guión y dirección) puede haber sido demasiado para el actor, sí es cierto que Don Jon merece la pena para ser su primera incursión en la difícil tarea de crear una película desde todos los ángulos, cosa que se suele dejar para los maestros y veteranos del séptimo arte.
 
Como espectadores, quizá necesitábamos otra resolución final, más explicativa y contundente. El mensaje es claro y se capta sin dificultad, pero parece que el bueno de Joseph no ha sabido rematar la faena al final. Los personajes y las situaciones (sobre todo la situación con el personaje de Scarlett Johansson) no están cerradas como deberían, y uno echa en falta algo más de claridad. Un final casi apresurado, y falto de contundencia, da paso a los créditos finales mientras servidor piensa: «Bien Joseph, has rodado una película interesante. En la siguiente, aprende de tus errores y remátala bien, pero madera y buenas maneras has demostrado que tienes.»
 
A Don Jon le falta pulirla, pero es totalmente comprensible de las manos de quien viene. Y es divertida, que no es poco. Se atisba talento, en definitiva. Los pecados de un galán adicto al porno por internet, donde más de uno puede verse reflejado. Y es que ya lo dice el mismo Jon durante la película…el hombre que niegue que ha usado este «servicio» en alguna ocasión, miente soberanamente. Y ya sabéis como era aquello de «…Y el que no, que tire la primera piedra…»
 
Interesante y divertida. Un debut que bien merece un pequeño aplauso.  

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