Las críticas de David P. «Davicine» en la 58 Seminci:
Subconscious Password (El juego de la memoria)
¿Quien no ha pasado alguna vez por esa difícil experiencia de olvidar el nombre de alguien en una fiesta, y entrar en nuestros recuerdos para intentar encontrar ese nombre, pero acabamos perdiéndonos en medio de todas las inútiles trivialidades que almacenamos en nuestra mente? Chris Landreth, director del corto Ryan, ganador de la Espiga de Oro y del Oscar, utiliza esta metedura de pata social como base para una odisea animada en el subconsciente.
Charles (interpretado por el propio Landreth) acaba como un mero concursante en una edición de pesadilla del clásico «juego de la memoria», conocido como Password, organizado por su subconsciente y donde un grupo de invitados famosos intentan recordar a Charles el nombre de una persona con la que se ha encontrado en una fiesta.
Desde el principio conocemos la palabra clave, o password, pero no importa pues Landreth impregna cada momento del juego con un gran dinamismo visual, con una vida propia. Los personajes estornudan y se disuelven en píxeles, estallan fuera de su propia frustración, y son devorados por criaturas de su propia creación.
Recurrir a este juego sirve para sacar a la luz el desorden causado por la cultura pop que obstruye nuestra mente y crea obstáculos para el conocimiento útil, representado magníficamente por el estilo «psicorealista» de Landreth. El protagonista se pierde más allá de su subconsciente y trabaja para descubrir el nombre oculto, mientras las piezas del juego se vuelven más y más extrañas, pero siempre con mucho humor.
El corto no tiene mucho tiempo para sutilezas, pero no es necesario, ya que se lleva a cabo en el subconsciente de Charles. Yoko Ono aparece para representar los problemas latentes de Charles con los aspectos femeninos de su psique, pero también hacen acto de presencia una serie de autores que le han influido, como HP Lovecraft, junto a su compañero de equipo Cthulu.
Landreth nos acerca esta historia que mezcla imagen real con animación, comenzando con unas secuencias muy pintorescas en imagen real que se vuelven más surrealistas según avanza el juego, pero cada vez también más imaginativas. Subconscious Password equivale a una sobrecarga sensorial donde la audacia visual se ve amplificada por la banda sonora y la acción cada vez más maníaca.
Estamos ante un corto frenético, en el mejor sentido de la palabra, y repleto de humor surrealista, que no nos deja una sensación de vacío después.