martes, abril 23, 2024

58 SEMINCI. Castilla y León en corto 2013

Ayer tarde acudimos a disfrutar de algo que nos encanta en la Semana Internacional de Cine de Valladolid (SEMINCI), y no es otra cosa que poder ver cortos de calidad en pantalla grande, en esta ocasión en el Aula Mergelina y con motivo de la sección «Castilla y León en corto 2013, dentro de la 58 SEMINCI.

Cinco eran los cortometrajes elegidos para proyectar, y cinco fueron los directores que acudieron a presentar sus respectivos trabajos, todos ellos teniendo en común ser dirigidos por artistas de Castilla y León, menos un caso, el de Manuela Moreno, pero que entraba en esta sección al haber sido realizado en colaboración con el Festival de Medina del Campo.

Durante más de una hora pudimos disfrutar los asistentes de la abarrotada sala de 3665, de Miguel Á. Refoyo; ¿Demasiado corazón?, de Jorge Villa Romero; Los dinosaurios ya no viven aquí, de Miguel Ángel Pérez Blanco; El lado frío de la almohada, de Herminio Cardiel; y Lo sé, de Manuela Moreno.
Quizás tan sólo se echó en falta una presentación más cuidada, no por parte de los directores, sino de la organización, pues un Festival de la talla de la SEMINCI se merece que cada sección, sea de largometrajes o cortometrajes, sea de animación o documental, tenga una presentación más que digna, para no disminuir el renombre del mismo. Los cortometrajes se proyectaron cada uno desde un dispositivo, entre corto y corto teníamos que ver cómo cambiaban el disco, buscaban el documento en un USB, y cómo, lo peor de todo, algunos trabajos no entraban en pantalla y se proyectaban cortados por arriba e, incluso, el brillo no era el adecuado para el deleite de estos trabajos.
Ahora bien, como lo que nos preocupa aquí es hablar del trabajo de estos cineastas, tenemos que destacar la calidad de todos ellos, el esfuerzo con el que se han realizado, los grandes trabajos interpretativos que pudimos ver, y la música, sobre todo la música, perfectamente elegida para cada uno de ellos.
3665 refoyo
En 3665, Miguel Á. Refoyo nos traslada a un futuro post-apocalíptico dominado por poderosas corporaciones, donde un grupo de hombres pone en juego sus vidas para recuperar la memoria colectiva por medio de los recuerdos del ser humano de la civilización anterior. Narrada por Álex Angulo, y con una gran búsqueda de localizaciones para trasladarnos a ese futuro, mezclado con gráficos de una ciudad devastada, logran hacernos sentir muchas sensaciones que grandes producciones, con mucho presupuesto, transmiten. Un gran montaje, un uso perfecto de la narración y la música ambiental para ponernos en situación y tensión, así como un reparto escaso pero que transmite la desesperación por encontrar esos objetos que recuperen nuestra memoria. Una gran idea que bien extendida podría dar para un largo, y que demuestra como el cineasta está asentando sus bases para sorprendernos con una película cuando menos lo esperemos.
Desde Valladolid, Jorge Villa Romero nos ofrece ¿Demasiado corazón?, la historia de Tony , quien, como él mismo dice al inicio, tiene una edad en la que si fuma, come mal y bebe, su corazón puede jugarle una mala pasada, motivo por el que decide empezar a cuidar su corazón justo el día en que conoce a María, que decide responsabilizarse de tal cometido. Con gran humor nos presenta situaciones exageradas de las relaciones de pareja, que aunque sea difícil nos hagan sentirnos identificados, no creo que ese sea el propósito, sino hacernos sonreír, como lo ha logrado, con las aventuras y desventuras de una pareja que pasa del amor al odio como se pasa de la paz a la guerra, sin darnos cuenta. Cameos de lujo como el de Leo Harlem, que aporta su granito de experiencia y humor en su rol de médico. Divertido, bien realizado, con un gran trabajo de iluminación y un meritorio guión que en todo momento nos adentra en esta tortuosa relación, y no nos deja escapar hasta los créditos finales, con sorpresa incluida de fácil reconocimiento para los vallisoletanos.
Los dinosaurios ya no viven aquí, de Miguel Ángel Pérez Blanco, quizás haya sido el corto más «flojo» de los proyectados en el Aula Mergelina. Una historia narrada en 25 minutos en la que una pareja para junto a un bosque para hacer una pausa en su largo viaje, y su perro labrador desaparece, generando largas charlas entre la pareja, recordando sus inicios, los motivos por los que han llegado a estar ahí, la precipitación a la que nos lleva el amor, y los desengaños que la vida nos trae. Planos demasiado largos en los que los diálogos se extienden y repiten en exceso, logrando que tengamos ganas de que suceda algo más de lo que acontece en pantalla, y que quizás, dado que la premisa inicial era buena, hubiera sido mejor si quedara como un «corto» más que como un mediometraje.  Reseñable es el trabajo de interpretación de Nerea Osuna, que en todo momento nos convence de sus preocupaciones, como destacable es la selección de temas para la banda sonora, con Alan Vega y Nine Inch Nails.

El lado frío de la almohada, de Herminio Cardiel
El momento álgido de la noche, que no el último, llegó de la mano de El lado frío de la almohada, de Herminio Cardiel. El cineasta, conocido de sobra en Valladolid, y desde hace tiempo a nivel mundial por sus cortos seleccionados en muchos festivales internacionales así como los múltiples galardones que tiene a sus espaldas, nos ofrece una historia íntima, donde una pareja que se acaba de conocer compartirá almohada esa noche. Los dos descubrirán que la almohada tiene un lado más frío de lo que parece… No sólo destaca el excepcional reparto, formado por Antonio Velázquez e Irene Visedo, sino la banda sonora de Fito Robles, y la maestría para llevar una historia de cama sin necesitar mostrar sexo pero sí mucho humor y metáforas. No podemos dejar de citar el gran trabajo de fotografía y montaje, digno de grandes largometrajes, que gracias a un guión bien hilado, unos actores capaces de meternos en sus sentimientos, y unos planos dinámicos, logra que nos sepan a poco sus 12 minutos de duración.
El punto final lo puso Lo sé, de Manuela Moreno, un cortometraje muy bien realizado, donde nos presentan a Noa, quien colecciona botones, y a un chico que colecciona los instantes en los que ella colecciona botones. La directora es capaz de mostrarnos como con tan sólo una separación de diez metros dos personas pueden estar mucho más lejos si los sentimientos y la complicidad no fluyen. A través de flashback conocemos a los personajes principales de la película, y sin apenas necesidad de diálogos, somos capaces de meternos en la piel de cada uno de ellos, sin conocer nada de su pasado, solo su momento actual. Dinámico, emotivo, y con giros inesperados, Manuela logró rematar la sesión dejando entre los asistentes una sensación de haber disfrutado de una buena sesión de cine.

1 COMENTARIO

  1. Muchísimas gracias por la parte que nos toca al equipo de '3665'. Os agradecemos estas palabras y nos sentimos recompensados por la crítica positiva y el reconocimiento a nuestro esfuerzo. Es la mejor recompensa que podemos tener.

    Saludos.

    Miguel Á. Refoyo "Refo" (Director de '3665').

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