martes, abril 16, 2024

Crítica de ‘Campanilla y la leyenda de la Bestia’: Digna continuación de la franquicia Campanilla

Las críticas de José F. Pérez Pertejo: 
Campanilla y la leyenda de la Bestia

La Hondonada de las Hadas, el territorio donde viven Campanilla y sus amigas, funciona como una sociedad jerarquizada bajo el gobierno de la Reina Clarion, responsable de que todos sus habitantes realicen las labores que tienen encomendadas de acuerdo con el curso de las estaciones para que todo funcione y nada altere el curso de la naturaleza con el fin de preservar el bienestar y, sobre todo, la seguridad de sus habitantes.


Todos parecen entender el funcionamiento de esta sociedad salvo la irresponsable Faunia, una de las más destacadas amigas de Campanilla cuyo amor por los animales le lleva a adoptar una cría de halcón que como todo el mundo sabe (menos yo, que me he enterado hoy), cuando crecen se alimentan de hadas.

Tras este primer desaguisado, Faunia encuentra una extraña criatura (la bestia en cuestión del título) cuyo aspecto me ha recordado a Fújur, el dragón volador de La Historia Interminable, que resulta ser un animal fantástico que se despierta cada mil años para cumplir una curiosa profecía, que según como se interprete, derivará en la destrucción o en la salvación de la Hondonada y todos sus habitantes.

En este sexto largometraje de la saga Campanilla, esa especie de segunda marca que la factoría Disney pone en funcionamiento con bastante regularidad desde el año 2008, la heroína titular de la saga, la propia Campanilla, cede todo el protagonismo a Faunia, hasta el punto de que el título Campanilla y la leyenda de la Bestia no hace justicia a la película que debería titularse «Faunia y la leyenda de la Bestia».

Aunque la animación está bastante lejos de lo que Disney suele hacer con sus producciones estrella, está muy por encima de lo que hacen otras compañías con productos que se nos tratan de vender con muchas más ínfulas. Precisamente el encanto de las películas de la saga Campanilla radica en su absoluta falta de pretensiones, son películas argumentalmente sencillas, de duración exigua y para un público muy determinado cuya edad no supera la decena. De hecho, me parecen películas muy apropiadas para iniciar a los niños más pequeños en la asistencia a las salas de cine.

Campanilla y la leyenda de la Bestia es una película agradable que no está a la altura del mejor título hasta la fecha: Campanilla y el secreto de las hadas (Roberts Gannaway, Peggy Holmes, 2012) que supuso el cuarto título de las aventuras de la amiguita de Peter Pan, pero que supone una digna continuación a Hadas y Piratas, la producción del año pasado, con la que argumentalmente no tiene nada que ver.

Se echa de menos una mayor presencia musical, apenas hay dos o tres canciones en la película, incluyendo la de los títulos de crédito finales y una resolución un poquito más elaborada, pero en algunos momentos, cuando la profecía parece estar a punto de cumplirse, el film flirtea con bastante dignidad con el género de cine de catástrofes, apretando un poquillo los ojos pueden verse secuencias sacadas de Independence Day, Deep Impact o Armaggedon. (Juro que no me he fumado nada).

No sé si Disney va a dar continuidad a la saga Campanilla, pero a juzgar por los resultados que las películas suelen darle con la venta de DVD/Blu-ray y todo el merchandising asociado, bien puede suponer un proyecto de largo recorrido. Yo conozco personalmente a un par de espectadoras que esperan con ganas una séptima película, y allí estaré yo para acompañarlas.

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