Las críticas de David Pérez «Davicine» en la 59 SEMINCI:
Regreso a casa (Gui Lai)
Lu Yanshi y Feng Wanyu son una pareja muy unida que sufre una separación forzada cuando Lu es detenido y enviado a un campo de trabajo por delitos políticos coincidiendo con el accidente que sufre su esposa. Tras ser liberado en las postrimerías de la Revolución Cultural, Lu regresa a casa y descubre que su mujer sufre amnesia y apenas recuerda nada de su pasado. Incapaz de reconocer a Lu, la mujer continúa esperando con paciencia el regreso de su marido. Solo y convertido en un extraño dentro de aquella familia rota, Lu Yanshi resuelve resucitar el pasado que compartió con su mujer y despertar sus recuerdos.
¿Puede un rostro olvidado volver a enamorarnos? ¿Puede el amor superar las barreras del olvido? El director Zhang Yimou recupera los fantasmas de China en la revolución cultural en un dulce drama romántico e inquietante que adapta el cuento una novela de Yan Geling, que también proporcionó la base para Las flores de la guerra. El cineasta chino logra manejar con sensibilidad y elegancia esta historia que nos engatusa con algunas fantásticas interpretaciones, destacando a Chen Daoming y Gong Li.
La actriz fetiche del director nos romperá el corazón cada vez que arremete contra su marido pensando que es alguien a quien teme y la tristeza de Chen está forjada en su rostro marcado por un pasado desgarrador, que con cariño ansía encontrar alguna artimaña ingeniosa que despierte los recuerdos de su mujer. El amor no se pierde fácilmente, y Chen resplandece cada vez que ve a su esposa, mientras que Li deja aflorar su pena con grandes secuencias dramáticas reforzadas por un piano. Complementando a los dos actores principales, Zhang Huiwen interpreta a la hija y es capaz de mostrar una gama emocional increíble, pasando de ser vengativa al remordimiento.
A pesar de lo dramática que es, nos saca alguna sonrisa pues recuerda en cierto modo a la comedia 50 primeras citas, demostrando que Yimou no tiene miedo de suavizar la trágica historia. No conviene conocer demasiado los detalles de la trama, pues podría estropear la sorpresa según evoluciona la película, pero está claro que la película se divide en dos partes claras, una dramática, y la segunda con un toque de comedia, pero sin perder su género y la búsqueda de la lagrima en el espectador.
La banda sonora de Chen Qigang, elaborado a partir de las sinfonías revolucionarios chinas de esa época, son realizadas por el concertista de piano Lang Lang, siendo muy sentimentales y acentuando las esperanzas y las decepciones de los esfuerzos de Lu por refrescar la memoria de Feng. Mencionar que la música, a pesar de ser de la vieja escuela, se mezcla con el sonido Dolby Atmos representando elementos de audio clave en ciertas escenas brillantes como una lluvia torrencial.
La acción se desarrolla principalmente alrededor de la manzana de viviendas lúgubremente iluminadas donde vive la familia Lu, y la estación de tren donde Feng acude cada mes para su ritual de espera del regreso de Lu. A pesar de tan poca variedad de escenarios, no parece monótona en absoluto, permitiendo desarrollarse mucho mejor el drama apasionante que narra.
Regreso a casa no es una obra maestra, no pasará a la historia ni será recordada como otros grandes títulos del cineasta, pero es un drama eficaz con interpretaciones devastadores.